Friday, October 31, 2008

La Trayectoria del Arte: Medios-húmedos y las Tecnologías de la Conciencia

La Trayectoria del Arte: Medios-húmedos y las Tecnologías de la Conciencia
Roy Ascott
Publicado en Artes y Medios Audiovisuales. Un estado de situación, Nueva Librería, Buenos Aires, 2007; El medio es el diseño audiovisual, Universidad de Caldas, Manizales, 2007.


Introducción

Los nuevos desarrollos en el arte generan un nuevo discurso y solicitan un nuevo lenguaje, términos como tecnoética, medios-húmedos, y bio-telemática[1] señalan la emergencia de nuevas prácticas en los nuevos medios. La infraestructura, tanto material, conceptual y espiritual, necesita respaldar estos llamados de emergencia a la agencia creativa, que constituyen formas arquitectónicas, y organismos culturales hasta ahora desconocidos y sin precedentes. Como artistas podemos alertarnos a nosotros mismos sobre el futuro, así como podemos redefinirnos a nosotros mismos, pero en ese proceso de redefinición, tan dependiente de la telemática como pueda ser (conectividad planetaria), nanotecnología (construcción desde lo micro) o computación cuántica (cognición acelerada y expandida), podríamos, quizás sabiamente, buscar entrar de nuevo al dominio espiritual que ha sido tan bloqueado por el excesivo materialismo e insistente reduccionismo de nuestros tiempos.

Si la misión de del arte del siglo XX fue hacer visible lo invisible, en el siglo XXI los artistas estarían preocupados en encontrar nuevas formas de permitirnos sentir lo invisible en lo visible. La proporción de los sentidos puede cambiar para que nuevos tipos preceptuales puedan desocultarse. Será cada vez mas evidente la habilidad de trabajar con estas fuerzas y campos invisibles en lugar de simplemente tratar de representarlos, a media que nos involucrarnos directamente con su implementación, más que sólo con sus implicaciones, a medida que la biofísica desarrolle una mayor sensibilidad frente a la modulación de nuevas realidades que emergen de nuestra participación directa en los procesos de la vida, y el arte adquiera nuevos medios de construcción e implementación.

Como todas las formas de predicción, el arte esta suspendido entre el arco del deseo y el abismo del miedo. Sirviéndole tanto a optimistas como a pesimistas, a visionarios entusiastas e incluso a aquellos para los cuales la tecnología representa una de las grandes amenazas para nuestra condición humana. Las proyecciones acerca del futuro en pocas ocasiones dan en el blanco, pues como resultado dicha flecha se verá siempre como medio adentro o medio afuera. Yo me constituyo inclinado a verla como medio adentro y eso me hace un optimista algo proscrito, mientras que otros tomarán un punto de vista más distópico. Durante las conferencias en Ars Electronica del año 2002, Paul Virilio dijo “Después del once de septiembre no habrá mas optimistas y pesimistas sino únicamente realistas y mentirosos”[2]. A lo cual mi respuesta es: sí mentirosos, ciertamente, pero ¿A que realidad se subscriben los realistas? ¿Es una realidad dada o emergente?, si esta dada, ¿Quién nos las dio: Dios o el Estado? (el asunto ha sido el mismo en occidente por muchos años, una tradición que el presidente George Bush ha revivido con sus aliados de negocios fundamentalistas). Una voz en la conferencia, a la cual Paul Virilio no respondió, declaró que hoy es día el del hombre espiritual, estamos en una carrera entre la destrucción y la supervivencia de la espiritualidad, y el computador podría ayudarnos a resolver problemas planetarios. Es dentro de este contexto que podemos entender a la realidad como un fenómeno emergente. Este es un asunto central en mi mente. Si no desarrollamos una conciencia planetaria dentro de los próximos cincuenta años, estamos perdidos. Sin embargo, la conciencia planetaria tiene que ser construida empezando por abajo, no hay plan de construcción de arriba hacia abajo.

La Construcción de la Realidad

Una cosa que hemos aprendido durante los pasados treinta años (no menos de Heinzvon Foerster[3], y Francesco Varela[4], y que ha tomado cuerpo en nuestro tecno-arte, es que la realidad es construida. Nosotros construimos mundos cada cual de diferente manera. Reflejamos esta compresión en nuestras realidades virtuales, y a esta idea traemos por medio de la realidad mezclada tanto ambigüedad y sofisticación, en donde las realidades consensuales se mezclan, sutilmente encauzando lo habitual con lo virtual. El poder de la metáfora tanto en el arte como en la ciencia es altamente persuasivo. Piensen en cuantos artistas han absorbido las aparentes contradicciones y contraintuitivas paradojas de la física cuántica sin tener la mas mínima idea de como funcionan dichas teorías, o incluso el más remoto dominio de la aptitud numérica necesaria para evaluar dichas pruebas. Esto no quiere decir que los científicos son inmunes a la persuasión de la metáfora, como Mara Beller ha mostrado en su libro Quantum Dialogue The Making of a Revolution, 5 donde ella muestra que la guerra interpretativa en la física cuántica fue ganada por la metáfora de Neils Bohr y su escuela de Copenhague[5]. De forma similar, las visualizaciones del cosmos o las de nuestra textura microscópica, que están basadas en datos, son convenciones codificadas, en el mejor de los casos, e instrumentos ideológicos, en el peor. Donna Cox del US National Center for Supercomputing Applications, una experta en el campo de la visualización astrofísica, que actualmente cursa un Doctorado en mi Planetary Collegium, muestra cuan dañinas puede ser esas visaforas (un término que ella emplea para referirse a estas visualizaciones basadas en datos) pues hacen que el público en general las entienda de una forma en que confunde dicha metáfora con la realidad “real”. Aún nos preguntamos que podrá esa realidad “real”.

En la ciencia de la cosmología, por ejemplo, la confusión reina. Los científicos aún no han descubierto de que está conformado el 99% del universo. Aunque recientemente ha habido notables avances en nuestro entendimiento de la formación de estrellas y la estructura galáctica, parece haber otro componente del universo, probablemente constituyendo la mayoría de su masa, que no podemos ver, y que no entendemos. Esto es materia y energía negra, ampliamente diferente de la materia bariónica que los protones, electrones y neutrones pueden detectar. De manera similar, en genética, nuestro actual horizonte de conocimiento es muy bajo. Cerca del 97% por ciento del genoma humano ha sido denominado “basura” pues no tenemos idea de su función. En muchos casos somos dependientes tanto de las metáforas como de los datos para explicar el mundo, y en cualquier caso estaríamos en un estado lamentable si confundimos la metáfora con la realidad y los datos con la verdad.

Estos problemas sin duda tendrán prioridad en el futuro discurso sobre arte-ciencia. Hay un elemento que aún no ha sobresalido mucho en los últimos veinticinco años y que va a proveer la línea principal a lo largo del la cual las ideas sobre arte/ciencia puedan crecer y quizás florecer. Es la cuestión de la conciencia, la naturaleza de la mente. Situación que colocará alrededor de la misma mesa, invitados que la ciencia vería con hostilidad, pues temerá que su castillo cuidadosamente construido, desde el cual se ha ordenado la sociedad casi desde el siglo XVIII, termine contemplándose como un castillo de naipes. Esos invitados rechazados son los que llaman a la puerta del materialismo y de la estricta causalidad, confrontando el determinismo y rompiendo el carácter reduccionista. Son quienes buscan una ciencia mas subjetiva, con una perspectiva en primera persona. Los reduccionistas - objetivistas van a seguirse protegiendo por un largo rato hasta que el mito de la ciencia neutra explote. Muchas epistemologías antes censuradas están resurgiendo, teorías de campo de varias complexiones, en cualquier lado de la división física, el nuevo organicismo, visiones contestatarias de lo que constituye al biofísica, y modelos de espiritualidad, liberados de las restricciones de la religión.

El Arte en la Academia

Antes de enfocar de forma más directa los problemas de la convergencia entre el arte y la ciencia. Creo que es importante considerar el marco institucional en el cual el arte de nuevos medios puede emerger. Esto me lleva a la cuestión de un nexo entre academia / museo / laboratorio que difícilmente ha sido señalado a un nivel serio de descripción. La mayoría de los artistas se forjan la idea de lo que el arte es o podría ser dentro de la academia. La escuela ha sido siempre una extensión del gobierno. La educación pública fue primero organizada en respuesta a la industrialización, para producir trabajadores con la capacidad numérica y la alfabetización necesaria para ser capaces de operar maquinas, vigilar las cuentas y contabilizar el tiempo. Esta era vista como un entrenamiento. El acta de educación de Inglaterra del año 1944 buscaba reemplazar el entrenamiento con la educación; se necesitaba una innovación de forma desesperada para reconstruir la sociedad después de la devastación de la segunda guerra mundial. Las escuelas de artes fueron liberalizadas encauzándose hacia los dorados años sesenta, esto puso en primer plano tendencias que habían estado acechando al arte desde la periferia de la cultura europea desde que el cambio de perspectiva que introdujo Cezanne alteró la trayectoria del arte: el arte cinético, los medios mixtos y el performance. Las escuelas de arte se volvieron el fundamento de la acción y la crítica social, en donde la naturaleza de la identidad individual podía ser cuestionada.

Sin embargo, en concordancia con el advenimiento del arte conceptual, el terreno estaba siendo preparado para la interactividad en la práctica del arte, la academia de arte revertió su dirección: de vuelta a la idea de entrenamiento, esta vez para crear consumidores tecnológicamente informados. Ahora, la situación demarca un declive considerable. La educación artística se tendrá que reformar o morir. Hay un punto de vista curiosamente persistente que consiste en creer que la creatividad se divide nítidamente entre práctica pura y aplicada, bellas artes y diseño, una conveniente división de modos, artes plásticas, música, teatro, y así consecutivamente, un modelo entra cada vez más y más en bancarrota. Pero si no existen estas divisiones, entonces ¿Que clase de estructura educacional y creativa veremos emerger? Ciertamente dominios de información, estructuras y conceptos más extensos definirán el paisaje del aprendizaje en general, mientras que en cada dominio se erigirán problemas dentro del contexto de la especulación, teoría, análisis y aplicación social. Dentro de la matriz que integran las preguntas de la sociedad, el yo, la materialidad y la conciencia hay una variedad de cinco ejes involucrados en amplificar el pensamiento (desarrollo de conceptos); compartir conciencia (procesos colaborativos); estructuras semillas (organismos auto-organizables); creación de metáforas (encaminar el conocimiento) y construir identidades (auto-creación). Existen pocas dudas de que ahora la academia necesita una reforma.

El Big Bang

Dentro la convergencia de átomos, bits, neuronas y genes que constituye el big bang en el corazón de nuestro universo de nuevos medios, es el bit, el más familiar a los artistas: los sistemas computacionales y los medios digitales han dominado la escena del tecno-arte por los últimos treinta años. Mas recientemente, en los tardíos años noventa, el trabajo con genes produjo algunos trabajos ejemplares, el más notable quizás sea el trabajo transgénico de Eduardo Kac: su coneja GFP Alba, y su trabajo net-interactivo Génesis es significativo al respecto[6]. Las neuronas son el campo de trabajo de los artistas usando inteligencia artificial, redes neuronales y robótica. Por ejemplo, La exhibición Arbots[7] dirigida por Douglas Repetto en Nueva York, ha mostrado durante los últimos tres años, un amplio rango de desafiantes posibilidades en esta área. Trabajo con señales cerebrales de células de rata, obtenidas bajo cultivo, controlando robots al otro lado del planeta ha distinguido el trabajo entre el laboratorio de Steve Potter en Georgia Techand y el laboratorio de Guy Ben-Ary en la University of Western Australia[8]. De hecho, puede argumentarse que el trabajo en laboratorios de una clase u otra vaya reemplazando paulatinamente el trabajo en estudios; muchos de estos localizados en regiones remotas como el fondo del océano o en el espacio. También en Perth – Australia, Oron Catts Y Ionat Zur han Ganado reconocimiento internacional con su cultura del tejido celular y arte que es una síntesis de biotecnología, arte y ética. Esta breve introducción no hace mas que apuntar a una fracción de la investigación que están llevando acabo los artistas uniéndose con científicos y tecnólogos en el dominio de los medios-húmedos, el substrato par la creatividad en el cual los medios secos computacionales convergen con los mojados sistemas biológicos.

De entre los componentes de los medios húmedos, bits, átomos, computadores, lo que esta comunicación va a enfatizar son problemas alrededor del átomo: el nivel nano de la percepción, el dominio molecular, y mas particularmente la red de información de fotones que emite el DNA que le pertenece al organismo, que tiene un paralelismo tecnológico con las redes telemáticas a través del cuerpo del planeta. A medida que la ciencia excava mas a fondo en la materia, moviendo, reensamblando, y coordinando átomos y moléculas en el campo de lo nano, la discusión entre lo orgánico y lo tecnológico se va a volver menos diferenciada. Similarmente, nuestro conocimiento molecular nos puede llevar a un mayor entendimiento de los cambios en la conciencia y la percepción logrados por la farmacología. Cualquiera que sea el caso, estamos ahora centrando más nuestra atención en lo muy pequeño, a un nivel mucho más allá de la miniaturización: un nanometro es la billonésima de un metro. Un nivel de percepción, que en cualquier sentido de aumento retiniano efectuado por la tecnología, que está literalmente fuera de vista. Tan es así que el microscopio STM (System Scanning Tunneling) propone el tacto en lugar de la visión para explorar el nano campo, y manipular los átomos individualmente. El nano campo es mediador entre la densidad material de nuestro mundo cotidiano y los numerosos lugares de inmaterialidad subatómica. El significado del nano campo como interfaz entre dos niveles de realidad difícilmente puede ser sobreestimado.

El Nano Campo

Hay muchas formas de ver el fenómeno de lo nano. La visión más conocida es la de Arthur Drexler[9], quien ha brindado un entendimiento de su potencial mecánico y material. Las ideas desafiantes de la nano ingeniería y la ciencia de materiales promete nano robots auto-replicables, estructuras auto-renovables y entornos que se auto-ensamblan, trabajando desde adentro del cuerpo, adentro del entorno, y afuera en el espacio. Mientras que la biología molecular promete importantes posibilidades para construir nuevos materiales, manufacturar nano maquinas, y por lo general, crear los bloques fundamentales de la naturaleza en la configuración que deseemos, existe un peligro de que dichos resultados, aunque sean beneficiosos en términos de ingeniería, medicina o en las ciencias sociales, puedan ser espiritualmente vacíos, y por ello exacerbar en lugar de reducir, el excesivo materialismo de nuestro tiempo. En medicina, por ejemplo, se espera que entidades artificiales puedan identificar o anticipar fallas en los sistemas vivientes y proveer ayuda al organismo débil. Sin embargo, algunos encuentran que esto viola nuestro entendimiento del cuerpo como un campo holístico entre mente y cuerpo. Cuando el cuerpo no es visto más que como una colección de átomos, puede sonar razonable aplicar una estrategia materialista de reparación. Pero los organismos vivos son infinitamente mas complejos que lo que el modelo cyborg, por sofisticado que sea, permite. Los desarrollos en biofísica soportan este argumento: los átomos y las moléculas no pueden ser independientes de su contexto.

La otra forma de comprender el significado de nuestra penetración en el mundo nano es ver estos desarrollos desde el punto de vista de la conciencia. Esto nos puede llevar a lo que se puede llamar ontología tecnoética pues nano es el plano en el cual la tecnología y la conciencia se pueden encontrar. El desafío que esto representa para el artista no se puede afrontar con la repetición del trillado mantra de arte/ciencia, arte/ciencia, arte/ciencia debido a que el alcance retórico de alguna clase matrimonio simplista e interdisciplinario entre el arte y la ciencia probablemente no de respuesta alguna. De la misma forma, resulta dudoso que la aproximación dialéctica a la tecnología y cultura resulte suficiente para empezar a hacer el mapa de los posibles territorios de la conciencia que el campo nano puede abrir, particularmente cuando nuestra cultura esta tan materialmente embebida en productos, objetos, superficies, y estructuras. El arte occidental celebra el materialismo incluso cuando emplea la difusión telemática de un conceptualismo efímero: el canon del faux- postmoderno insiste en que el proceso debe siempre concluir en un producto. Se dice que esto es el resultado de las exigencias del mercado pero es igualmente, sin lugar a dudas, una evidencia del conservatismo innato de ciertos artistas o museos. El arte digital, por su inherente inmaterialidad, ha tomado parte en este escenario materialista. Además, la intensa atención que se le ha prestado al cuerpo durante al última década del siglo XX ha contribuido tambièn en gran manera a esta situación.

Los materialistas posiblemente verán el hecho de trabajar en el nano campo como el fin del juego, pero no es necesario volverse trascendentalista para ver que el campo nano esta localizado entre la densidad material y los numerosos espacios de inmaterialidad subatómica. Este nano campo media entre la materia pura y la conciencia pura. El microscopio SMT corta a través de la densidad de la material hacia un nivel de percepción más singular, al nivel de lo que es tocable e intocable, inmediato y remoto, como Grimzewski y Vesna han mostrado[10]. Mirar lo nano cambia la situación de los sentidos: tocar es ver. El sentido auditivo puede estar también involucrado. Grimzewski ha descubierto que tocar el plano atómico es escuchar la voz de las moléculas, cuyos sonidos pueden mostrar sufrimiento tanto como armonía. El microscopio de fuerza atómica (Atomic Force Microscope) le permite oír el grito de una célula de levadura al ser sumergida en alcohol. El átomo individual, más que usarse simplemente como un bloque de construcción que permite construcciones más densas, puede considerarse un punto de acceso a la complejidad de los dominios subatómicos inmateriales.

Biofotónica

En el contexto del cerebro, el nano campo provee el punto de transición entre los quarks y las partículas elementales, por un lado, y las moléculas, células [neuronas], y ensamblajes neuronales por el otro. En el contexto de la conciencia, esta localizado entre nuestro marco material y el frágil cuerpo, entre los órganos y el aura. Es hacia el aura y la función de los fotones en los procesos vivos que tambièn se dirige este escrito. Desde la perspectiva de tanto la biofísica como del misticismo, hay varias consideraciones sobre el entendimiento de los biofotónes y como pueden contribuir estos al arte telemático: encontrar inspiración creativa en el paralelismo entre la luz biofotónica en el cuerpo junto con su red de información interna y la red externa de las telecomunicaciones.

Mientras que los fotones, simples partículas de luz, han sido exitosamente teletransportados, es solo recientemente que ha habido éxitos en el transporte de partículas mucho más grandes y complejas como las propiedades físicas del átomo de velocidad y giro[11]. Esto implica el “entretejido” de dos átomos, en donde la disrupción de una partícula afecta instantáneamente a las otras, no importa que tan lejos estén. Esta aceleración en la transmisión no solamente ayuda en el desarrollo del computador cuántico, sino que tiene largas implicaciones en el desarrollo de comunicaciones telemáticas. Y en el contexto de un paralelismo tecnoético entre redes de información en el cuerpo y a través de la tierra, amplificando el concepto de la mente mediada.

La investigación en la biofotónica y en los campos electromagnéticos es significativa para el desarrollo de los medios húmedos. No seguirá viéndose como paradójico que nuestro pensamiento científico se relacione con modelos de conciencia e identidad humana basados en las tradiciones espirituales de culturas previamente desechadas por considerarse extrañas o marginales. El arte tendrá cada vez más una complexión psicoactiva y será encontrado útil vincularlo con modelos arcaicos de conciencia, como encontramos en la Amazonía, por ejemplo, o entre los Tsogho de Gabón, o con ideas de coherencia cuántica como encontramos en la biofísica y en la investigación biofotónica.

El término “biofotón” fue usado por primera vez por Fritz Albert Popp en 1976[12] para describir el fenómeno quántico de la emisión bifotónica en todos los sistemas biológicos. Todos los sistemas vivos emiten biofotones, tanto los que son absorbidos inicialmente del sol y también aquellos emitidos espontáneamente por las moléculas. Construyendo sobre las ideas de Alexander Gurwitsch, el biólogo ruso que introdujo las ideas de “el campo morfogénico” y “radiación mitogenética”[13]. Propp argumenta que cada cambio en el estado biológico o psicológico de los sistemas vivientes es reflejado en un cambio correspondiente en la emisión biofotónica. Esto puede señalar, sostiene él, un canal de información dentro de los sistemas vivos que puede establecer relaciones entre la reactividad química en las células, la comunicación intercelular y los ritmos biológicos. La biofísica es una ciencia de campo. Recientemente la teoría del campo ha sido ampliamente pero convenientemente reseñada por Jean McTaggart, en The Field[14] hace solo veinte años, un modelo morfogenético de los procesos biológicos le daba caracter al libro A New Science of Life por Richard Sheldrake[15].

El pensamiento de campo igualmente le da carácter a prácticas curativas de varias complexiones, y el descubrimiento de emisiones biofotónicas espontáneas le da soporte científico a muchas ideas no convencionales acerca de la regulación del cuerpo, como varias terapias somáticas, homeopatía y acupuntura. Por ejemplo la energía “Chi” corriendo por los canales de nuestro cuerpo (meridianos) puede estar relacionada con líneas nodales de el campo biofotónico de un organismo. El “prana” de la fisiología del Yoga hindú puede ser una fuerza reguladora de energía que se basa en bio campos electromagnéticos frágiles y coherentes. Inevitablemente, estas mismas aproximaciones se prestan para el abuso del consumidor en Internet.

Masaki Kobayashi, un físico del Tohoku Institute of Technology en Sendai, dió una definición útil del biofotón, este sería una emisión espontánea de fotones, sin previa fotoexcitación externa, a través de una excitación química de los procesos bioquímicas internos que fundamentan el metabolismo celular. “La emisión biofotónica se origina en la excitación química de moléculas que atraviesan un metabolismo oxidativo. Esto se diferencia de la radiación térmica que emerge de la temperatura corporal. El fenómeno biofotónico se ha estudiado desde el nivel celular o subcelular hasta el nivel de organismos individuales”[16].

La coherencia cuántica del pensamiento para definir un organismo vivo corresponde al entendimiento de la mecánica cuántica, la cual sostiene que la realidad material conforma un todo que no tiene partes. Como Marco Bischof argumenta en su excepcionalmente accesible y comprensible Introduction to Popp’s Integrative Biophysics[17].

“Esas propiedades holísticas de la realidad son precisamente definidas matemáticamente por las correlaciones Einstein-Podolsky-Rosen (EPR). En la mecánica quántica, nunca es posible describir el todo por la descripción de sus partes y sus relaciones. Esta visión holística de la mecánica cuántica no puede ser rechazada nunca mas porque las extrañas correlaciones EPR de sistemas no interactuantes han sido ampliamente demostradas en varios experimentos[18]” (Popp. 59-60)

Como resultado, la visión reduccionista de la física clásica debe dar vía al entendimiento de la supremacía del todo inseparable dentro de la mecánica quántica, y de la interconexión fundamental tanto en el interior de un organismo como entre los diversos organismos, así como entre dichos organismos con su entorno.

Conectividad y Coherencia

Esto hace emerger un asunto importante en relación a la conectividad del arte en nuevos medios, que puede denotarse en términos simples, como entre qué campos puede residir dicha interconexión. ¿Cómo puede el sistema de información interna de la red de fotones interrelacionarse con la red de información externa de nuestro planeta telemático? El arte puede abarcar los conceptos centrales y las características de la nueva biofísica: coherencia, estados quánticos macroscópicos, interacciones de largo-rango, no linealidad, auto-organización, auto-regulación, redes de comunicación, modelos de campos, interconectividad, deslocalización, y la inclusión de la conciencia. Ciertamente, estos atributos se relacionan con el canon del arte interactivo, el camino de cinco pliegues de la conectividad, inmersión, interacción, transformación y emergencia. La tecnoética es la estética definitoria de nuestro presente cambio cultural hacia los medios húmedos, el resultado de la exploración de la conciencia (noetikos) con las herramientas y las técnicas de la tecnología, haciendo la conciencia tanto el sujeto como el objeto del arte. La tekne y el noetikos siempre han estado interrelacionados en culturas antiguas, se puede argumentar que, a pesar de ser reprimido por ideologías materialistas, el arte siempre ha sido un ejercicio espiritual.

Dentro del campo de la biofísica se esta dando lugar a una revisión de teorías anteriores sobre los sistemas vivos que fueron abandonadas gracias a la exitosa emergencia de la biología molecular. Mae-Wan Ho, directora del Institute of Science in Society[19], profesora visitante en biología en Open University en Inglaterra, y anterior colega de Popp, avanza sobre la idea del ‘’nuevo organicismo”. Ella argumenta que los conceptos científicos contemporáneos y occidentales sobre el organismo nos están llevando más allá de la teoría cuántica. Estos nos ofrecen un discernimiento que reafirma y extiende nuestras nociones intuitivas y poéticas tanto de la espontaneidad como de libre albedrío. El organismo se vuelve sensitivo cuando se libera del determinismo científico y el control mecánico, un ser consecuente que es libre, de momento en momento, de explorar y concebir sus posibles futuros. La tradicional oposición entre los mecanicistas y los vitalistas ya se estaba disolviendo cuando la física newtoniana le dio vía tanto a la teoría cuántica en las pequeñas escalas de las partículas elementales como a la relatividad general en las grandes escalas del movimiento planetario. El universo estático y determinista de un espacio y tiempo absoluto es reemplazado por una multitud de marcos espacio temporales contingentes que dependen del observador. En lugar de objetos mecánicos con localizaciones simples en el espacio tiempo, uno encuentra entidades quánticas entrelazadas y deslocalizadas que llevan consigo sus historias como organismos que van evolucionando.

Hay muchas definiciones contestatarias de la biofísica. Como hemos visto, Marco Bischof sostiene que la visión de la nueva biofísica estará basada en la teoría cuántica, no en la mecánica clásica – y que se debe referir la termodinámica del desequilibrio, en lugar del equilibrio de la termodinámica. Los organismos son sistemas abiertos lejanos al equilibrio. El pensamiento de campo es uno de los elementos centrales de la nueva biofísica, como medio para sintetizar la complejidad de sus detalles, y como el medio para modelar la interconectividad y la deslocalización. El bio-electromagnetismo jugará un papel central en la nueva biofísica, y la existencia de campos no electromagnéticos dentro y entre organismos, no puede ser excluida.

Heisenberg, que sostenía que hay dos momentos en los sistemas humanos donde la incertidumbre cuántica de una sola partícula puede tener una profunda influencia, exploró la relevancia de la incertidumbre cuántica de las partículas elementales en los sistemas biológicos, especialmente en los sistemas humanos. El primer efecto importante es el de la mutación del código genético. El segundo es el de la modificación del comportamiento de las neuronas durante el proceso de pensamiento. Marco Bischof toma la posición de que la nueva biofísica necesita extender su interdisciplinariedad más allá de las ciencias naturales. La conciencia no puede excluirse más de la biofísica, aunque las dificultades de dicha extensión no deben ser subestimadas. Hay ahora suficiente evidencia que demuestra que la conciencia es un factor causal en biología y no solo un epifenómeno inconsecuente. Comenzando por el análisis de la fenomenología y de la evidencia experimental de las interacciones mente cuerpo, los modelos de campo pueden proveer las herramientas necesarias para cerrar la brecha entre mente y cuerpo.

La globalización a nivel planetario y el entrelazamiento a nivel cuántico no solo significa que todos estamos conectados, sino también que nuestra ideas, instituciones e incluso nuestras identidades están en constante flujo. En coherencia con esto, los medios húmedos establecen un puente entre los dominios artificiales y naturales, transformando la relación entre conciencia y el mundo material. Asistir en la personificación de esta conectividad de la mente es parte de la labor del artista, navegar en los campos de conciencia que los nuevos sistemas materiales generarán es parte del prospecto artístico.

Realidad Mezclada

Al nivel material, la realidad mezclada[20] nos provee con otra piel, otra capa de energía para el cuerpo, añadiéndole a la complejidad su campo. En lugar de ocupar el espacio de la realidad mezclada con objetos virtuales seríamos mas integrales si lo consideráramos como un medio de creación de campos, o como podríamos decir, una extensión del bio-campo en sí mismo. Las relaciones entre los biofotónes y los estados físicos están bajo escrutinio, al igual que el espacio virtual puede percibirse como un generador de alteraciones en la conciencia. Así como el DNA es la principal fuente de de actividad biofotónica, de la misma manera la realidad mezclada puede ser un campo donde se pueden ensayar nuevas posibilidades para los seres vivos donde pueda emerger la cibermorfología. A un nivel muy rudimentario, se puede decir que la realidad mezclada puede entenderse como un acelerador o radiador de la transmisión biofotónica de conocimiento. Ya que el fotón es una señal de naturaleza cuántica, este emana de un sistema quántico. El cuerpo entero debe ser considerado en estado de coherencia quántica, con cada molécula interactuando con la otra dentro de un campo. Si el campo tiene un efecto regulador en las moléculas también las moléculas le imponen límites a este campo. ¿Que pasa cuando un entorno de realidad mezclada extiende sus fronteras y redefine el campo? La realidad mezclada, la realidad en red, y la virtualidad telemática, yo sugeriría, se entrelazan con los estados quánticos de coherencia, llevando a la emergencia de una conectividad universal y relaciones no lineales que existen más allá de las limitaciones del espacio y el tiempo. Los biofotones orquestan la coherencia cuántica de los seres vivos, y nos pueden llevar a ideas sobre la coherencia cuántica de los estados virtuales que se establecen con algún intercambio entre píxeles y partículas. El concepto de coherencia describe la unicidad del organismo, si seguimos, por ejemplo, el concepto de Andy Clarke sobre el organismo humano como inclusivo de sus propias extensiones tecnológicas[21] deberíamos concebir el todo como un campo sensible unificado.

La primera teoría detallada de la coherencia del organismo fue publicada por Hebert Frohlich en 1968[22]. La propulsión metabólica excitará las macromoléculas como las proteínas y los ácidos nucleicos así como las membranas celulares (que típicamente tienen un campo eléctrico enorme al rededor de ellas). Esas empezarían a vibrar y eventualmente construirse en modos colectivos, o excitaciones coherentes, de tanto protones como neutrones (sonido y luz) que se extienden sobre las distancias macroscópicas dentro del organismo y quizás también afuera del organismo. El organismo coherente es una superposición cuántica de actividades – organizadas de acuerdo a sus características espacio-tiempo – cada una coherente, así que se pueda acoplar coherentemente con el resto.

Ingeniería ontológica

Es dentro de esta complejidad que puedo prever la inserción de una tecnología adicional en la práctica del arte, una tecnología nueva y a la vez muy antigua, esa de la planta psicoactiva. Una especie de ciberbotánica puede emerger al rededor de la instrumentalidad de ciertas plantas como la liana chamánica, la ayahuasca (banisteriopsis caapi), conocida como el vino del alma y usada en innumerables comunidades en el Brasil, Colombia y en muchas otras partes. Es mi argumento que los procesos farmacológicos de la Realidad Vegetal y los sistemas computacionales de la Realidad Virtual se combinarán para crear una nueva ontología, así como nuestras nociones del espacio tanto externo como interno se incorporarán en una nueva cosmología. ¡Ingeniería Ontológica! La ciberbotánica cubre un especto amplio de actividad y de investigación sobre las propiedades y el potencial de las formas de vida artificiales dentro de las ecologías nano y ciber, así como también como las dimensiones tecnoéticas y la psicoactividad inducida por los productos vegetales de la naturaleza. Los escritos de Jeremy Narby[23] me sugirieron por primera vez, que el origen de las visiones chamánicas puede encontrarse en la luz emitida por el DNA, veo gran significado en la idea de la luz biofotónica almacenada en las células de un organismo, de hecho en las moléculas de DNA de su núcleo, le da emergencia a una red de luz constantemente emitida y absorbida por el DNA que puede conectar los organelos, células, tejidos y órganos dentro del cuerpo, sirviendo como la principal red de comunicación del cuerpo.

Tanto en las ciencias biológicas como en el arte se puede obtener mucho de la investigación que busca correspondencia y colaboraciones entre las tecnologías de máquinas y plantas dentro de lo natrificial[24] el espacio de las tres RVs constituidas por la Realidad Virtual (dependiente de tecnología digital interactiva), que es telemática e inmersiva; la Realidad Validada (dependiente de tecnologías mecánicas reactivas) que es prosaica y newtoniana y la Realidad Vegetal (tecnología de plantas psicoactivas) que es enteogénica y espiritual.

Ciertamente se puede argumentar que todo el movimiento ecológico ganaría si se instituyera un dialogo constructivo con la tecnología que tratara de ver profundas correspondencias entre la ciencia occidental y el conocimiento arcaico. El problema no es con la ciencia sino con el interno rechazo que esta ejerce a sus investigaciones más avanzadas en favor de paradigmas científicos más antiguos, el mismo paradigma que rechaza, por ejemplo, las implicaciones espirituales de la física cuántica, la inteligencia de las plantas, por decirlo así, que la biofísica puede revelar, o de hecho la matriz biofotónica que puede acoger todos los sistemas vivos del planeta. El espacio en el cual el arte biofotónico y de teleportación podría ser construido puede estar situado en la triangulación de la conectividad, sincretismo y teoría de campo. Lo que esta en juego es que todos los sistemas vivos sean coherentes. La conectividad esta en el fundamento de la coherencia cultural, sincretismo en el fundamento de la coherencia espiritual, y la teoría de campo en el fundamento de la coherencia cuántica.

Conclusión

A media que emergen nuevas ciencias – con la biofísica, la informática biofotónica, el organicismo y el potencial constructivo de los campos- el arte también desarrollarse quizás mas allá de los dominios de lo digital, virtual y telemático, dirigiéndose hacia la realización de nuevas posibilidades para vivir y aprender en un mundo biotecnológico, tejiendo nuestras realidades con la red universal de luz. En un nuevo entendimiento del mundo y de nosotros, lo que clásicamente se veía como coherente se podrá tornar una ilusión, como si hubiéramos logrado acceso al detrás de escena de Étants donnés de Duchamp, en el museo de Filadelfia. Metafóricamente uno puede decir que estamos pasando de las oscuras cavidades del arte digital a la luz biofotónica, proveyendo un nuevo campo en el cual podamos concentrarnos en la eterna pregunta de Schrodinger ¿Que es la vida?[25] Al hacerlo podríamos como artistas empezar a proveer un puente entre las redes de información biofotónica de nuestros cuerpos y las redes de telecomunicaciones de nuestro mundo tecnológico.
© ROY ASCOTT 2004
[1] Estos términos están explicados en: Ascott, R., Telematic Embrace, Visionary Theories of Art, Technology, and Consciousness. Editado y con un ensayo de Edward A Shanken. Berkeley: University of California Press, 2003.

[2] Stocker, G. Scopf, C. 2004. Timeshift, the World in Twenty-Five Years. Ostfildern-Ruit:Hatje Cantz Verlag. p. 81.
[3] Foerster, H. von. 1973. On Constructing a Reality. in: F.E. Preiser (ed.), Environmental Design and Research, Vol. 2. Stroudsburg: Dowden Hutchinson and Ross. pp. 35-46
[4] Varela, F., H. Maturana and R.Uribe.1974. Autopoiesis: The organization of living systems, its characterization and a model, Biosystems 5:187-196.
[5] Beller, M. 1999. Quantum Dialogue: The Making of a Revolution. Chicago: University of ChicagoPress, 1999.
[6] http://www.ekac.org/
[7] http://artbots.org/
[8] http://news.bbc.co.uk/1/hi/sci/tech/3096973.stm
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